EL QUE RIE EL ÚLTIMO
Llevo como una hora intentando
modificar el blog para una nueva apariencia, y resulta que con tanto filtro,
con tanto estilo, etiquetas, programación en HTML, uno parece inútil por
momentos.
Las personas debemos sentirnos
inútiles de vez en cuando. Personalmente creo que nos hace ver la realidad en
la que vivimos y sacar conclusiones de nuestra torpeza, porque eso pasaba
cuando era pequeño y no podía construir el puente de tacos de madera de colores
que te echaban los reyes y cuando siempre ponías las piezas cuanto más altas
mejor. Al final en la última pieza del cuadrado azul, ... se deshacía la
torre-puente-casa, y te sentías inútil. La alegría de ser un gran arquitecto
desaparecía al momento, pero te reías.
Algo parecido de debió pasar a
Rajoy tras 18 años y más en política, cuando llega a ser presidente, se
encuentra el país destruido y para colmo de sus males tiene que empezar
repartiendo las piezas de colores entre los que le han llevado al poder. ¿Qué
hay de lo mío?
Los poderes facticos existen,
pero cuando te joden personalmente sientes ganas de mandar el sistema a la
mierda. El que menos tiene lo manda antes, pues lo único que le queda es la
dignidad por subsistir en un mundo lleno de envidias, peleas y enfrentamientos.
Son situaciones en las que la persona solo analiza lo inmediato para salir del
agujero.
Yo no puedo vivir con injusticias
cotidianas sobre personas que se ganan la vida honradamente y que han aceptado
el sistema (si estamos, estamos) pero no me jodas que yo ya lo estoy. Todos
estamos en el mismo barco pero los de primera clase que también están jodidos,
se empeñan en seguir jodiendo. Creo que se levantan por la mañana pensando que
esto que me pasa a mí, de debe pasar también al que tengo por debajo de mí. A
joder toca, para poder reír.
No creo que seamos perfectos,
pero siempre existen caminos, a la hora de tomar decisiones en las que se
intente joder lo menos posible dentro del caos existente, pero el que tiene la
batuta no piensa así, es demasiado presuntuoso y de esa manera cree mitigar la
pena injusta de lo que le está pasando a él, a él que hace un par de años vivía
como un dios recibiendo sus buenos regalos por navidad, recogiendo comisiones
por informes inexistentes, sabiendo vivir
del cuento, la palabrería y la especulación; "Tengo un contacto que
conoce a tal personaje que te puede ayudar por la módica cantidad de x euros
pero si te portas bien y acoquinas la pasta, no pasarás por tal o cual
situación. Que trabajen los demás, tu y
yo no somos de esa clase de gente que engaña, solo nos aprovechamos de la situación actual, pues mañana puede que el
personaje ya no esté en dicha posición de poder". Eso sí, ya sabrá él irse
con las manos llenas de pasta, fondos de pensiones, acciones, y de paso colocar
a la familia antes de que le quiten el cargo.
Asco, mucho asco y angustia me da ver a esos
intermediarios de mierda que no saben ni joder a su mujer pero que la chupan de
miedo en despachos de politiquillos de tres al cuarto. No me da pizca de risa.
A estos intermediarios me
refiero. A estos que están puerta con puerta y se pasean por la calle dándose
golpes de pecho diciendo que si ganan las elecciones estos o los otros yo
cierro el negocio, amedrentan al incauto y se posicionan al sol que más
calienta. Los indignados también son ellos pues quien les iba a decir a ellos
que el país podía joderlo una sola persona.
Quien les iba a decir que no
podrían jubilarse con su plan de pensiones amasado, que ahora tienen que
rescatar del banco porque el gobierno les ha jodido. Creo que estos son los
peligrosos, pues tienen rencores, fobias, y harán lo que sea por volver a
recibir sus sobrecitos.
Miedo me dan pues vivo con ellos,
los escucho hablar, se cómo respiran y no creo que cambien ni un ápice el guión
que tienen preparado. Ya da igual que seas de izquierdas que de derechas, el
caso es joder por el mero hecho de que están jodidos.
Pronto empezará un nuevo futuro
político tan globalizado como el pesimismo generalizado de varias generaciones
privadas de poder reír y pienso que la gente no se ríe y que tienen que reír
más. Ves por las calles a gente seria, apesadumbrada sin gestos faciales
amables, llenos de inquietud y eso no es nada de bueno. Sin alegría y optimismo
no se sale de la crisis. Es un estado de ánimo colectivo poco saludable sin
promesas reales. Sé que es difícil reír
sin tener algo que comer, sin tener techo donde dormir pero precisamente esos
son los que más ríen cuando piensan que los poderosos también tienen que pasar
por la guadaña del túnel de la muerte y ellos lo harán tras un largo caminar
donde no sabrán si ha merecido la pena pasar por la vida sin reír. Ahora me río yo: ¡Ja ja..!